Resumen: Elsa ve a la muerte muy cerca cuando sin pensárselo se lanza al lago para intentar salvar a un conductor que cae en él en un accidente. Consigue salvarlo, pero el frío padeció aquel día y casi la mata no la abandonará a pesar de que cambien las estaciones. Necesita irremediablemente, para aligerar la presión que no la deja respirar y el frío que la entumece, visitar cada día a Jordi, el conductor salvado, que ha quedado en coma. Por otro lado su vida sigue, aunque ella tiene que esforzarse por acompañar a su familia y su prometido, a quienes les cuesta entender por qué tiene que visitar a un hombre en coma a quien no conoce.
Impresiones:
Hace unos años organizamos un concurso fotográfico (y resulta que Elsa va siempre con una cámara en el bolso, es fotógrafa desde que tenía uso de razón y se encaramaba a cualquier altura para tener otra perspectiva de la vida y poder guardarla), y el presidente del jurado, explicando las puntuaciones dijo algo así como que había dos características a valorar en las fotos, una la técnica (luz, enfoque, encuadre...) y otra la espontaneidad (aquellas fotos que captan un momento que te transmite alguna cosa de forma intensa). Bien, podría decir que el libro, sin haberme parecido brillante en técnica o en espontaneidad, la verdad es que el conjunto de las dos valoraciones al mismo tiempo es muy positiva. Quiero decir, que sin ser una redacción de esas que paladeas y no te importa volver a releer, no está mal escrito; y aunque la historia no es super-
original (los personajes sin querer se convirtieron en Sandra Bullock y Bill Pullman de Mientras dormías) la verdad es que los personajes consiguen hacérsete creíbles la mayor parte del tiempo.
Es una novela comedia romántica de las que me gustan, de fácil lectura, y con el tono humorístico que te va haciendo sonreír sutilmente a lo largo de ella.