jueves, 4 de enero de 2018

¿HAS VISTO COMO LLUEVEN LAS FLORES? Ana María Draghia

Este libro lo empecé a leer al día siguiente de leer su reseña en el Espejo de la entrada. No sé si fue la historia o la manera de reflejarlo de Mayte Esteban. El caso es que tal como la leí fui a amazonkindle y es lo que tiene este mundo de la inmediatez posible.
Resumen: Elsa ve a la muerte muy cerca cuando sin pensárselo se lanza al lago para intentar salvar a un conductor que cae en él en un accidente. Consigue salvarlo, pero el frío padeció aquel día y casi la mata no la abandonará a pesar de que cambien las estaciones. Necesita irremediablemente, para aligerar la presión que no la deja respirar y el frío que la entumece, visitar cada día a Jordi, el conductor salvado, que ha quedado en coma. Por otro lado su vida sigue, aunque ella tiene que esforzarse por acompañar a su familia y su prometido, a quienes les cuesta entender por qué tiene que visitar a un hombre en coma a quien no conoce.

Impresiones:
Hace unos años organizamos un concurso fotográfico (y resulta que Elsa va siempre con una cámara en el bolso, es fotógrafa desde que tenía uso de razón y se encaramaba a cualquier altura para tener otra perspectiva de la vida y poder guardarla), y el presidente del jurado, explicando las puntuaciones dijo algo así como que había dos características a valorar en las fotos, una la técnica (luz, enfoque, encuadre...) y otra la espontaneidad (aquellas fotos que captan un momento que te transmite alguna cosa de forma intensa). Bien, podría decir que el libro, sin haberme parecido brillante en técnica o en espontaneidad, la verdad es que el conjunto de las dos valoraciones al mismo tiempo es muy positiva. Quiero decir, que sin ser una redacción de esas que paladeas y no te importa volver a releer, no está mal escrito; y aunque la historia no es super-
original (los personajes sin querer se convirtieron en Sandra Bullock y Bill Pullman de Mientras dormías) la verdad es que los personajes consiguen hacérsete creíbles la mayor parte del tiempo.
A mí particularmente me ha costado que Hugo (el novio de Elsa) me convenza de su cambio a lo largo del relato, así como tampoco me he acabado de creer el estrés post-traumático de Elsa, aunque la simpatía y la gracia que emana ha hecho que le coja cariño.
Es una novela comedia romántica de las que me gustan, de fácil lectura, y con el tono humorístico que te va haciendo sonreír sutilmente a lo largo de ella.



martes, 2 de enero de 2018

LA VIDA QUE APRENC. CARLES CAPDEVILA

La Navidad me ha traído varios libros, como va siendo habitual. Mi CagaTió particular tiene claro cómo soy, qué preferencias tengo y qué necesito, así que éste ha sido uno de los títulos escogidos.
No sabía si iba a abrir una novela, un monólogo cómico sobre crianza o artículos de opinión, así que me preparé para la sorpresa a las pocas horas de abrir el regalo.
Un poco tonta, pues tan sólo dando la vuelta al libro habría visto qué albergaba en su interior.

Resumen (contraportada): Encontraréis los temas que eran esenciales para el autor: la memoria íntima, la vida en buena compañía, la educación, la salud y la condición humana con todas sus contradicciones. Retrata los escenarios de su infancia, nuestras maneras de ser y hacer, las revoluciones individuales necesarias para arreglar el mundo y las actitudes de los que se remangan para hacerlo posible.
Capdevila estaba convencido de que nuestra misión principal es cuidarnos los unos a los otros y por sus textos circula la gente que más quiso: los profesionales artesanos que se preocupan por los acabados, los educadores vocacionales, las enfermeras que entienden que dar cuidados es más que curar (en catalán es creo más bonito,  porque dice "tenir cura és més que curar"), el voluntariado que defiende el desánimo y los optimistas "pencones" que trabajan para mantener viva la ilusión de tirar hacia adelante.

Impresiones: Hay un prólogo de 3 páginas que si te enternece, llena de optimismo, arranca una lágrima, te hace sonreír o todo a la vez, te está indicando que el libro te encantará.
Tiene gracia poder decir que es un libro de impresiones.
Empieza con un recuerdo infantil del autor que evoca los tuyos propios, así te acerca (en caso de haberte alejado alguna vez, y la verdad es que yo había visto hacía 4 días el musical de "El Principito", o sea, que la faena era fácil) a la mentalidad infantil. Ese "infantil" que en todo momento nos aclara que no puede ser peyorativo. Parece que la mentalidad infantil tuviese que madurar (que debería equivaler a mejorar), pero nada más lejos de sus impresiones. Y es que una de las frases, para mí,  más acertada es "No hay elogio mayor que ser acusado de ingenuo por un cínico".
La Vida que Aprenc nos habla de qué cosas nos hacen cambiar, y cómo sucumbimos a veces a aceptar la maldad, la injusticia, la violación de derechos humanos, la corrupción, y la imbecilidad humana en general,  que se extienden diciendo con voz adulta "es lo que hay y no se puede hacer nada".
Entonces recuerda a esas personas que a pesar de todo, a pesar de haber una sociedad diciendo "es lo que hay y no cambiaréis nada",  siguen llevando a cabo acciones desinteresadas porque son "ingenuos", porque no quisieron renunciar al ideal de un mundo mejor es posible, y  participan en asociaciones sociales, ONGs, son monitores de esplais o de una coral.
Y es que es imposible que otro mundo no sea posible, porque el mundo lo hacemos todos nosotros.
A parte del tema del voluntariado, o las enfermeras o los maestros y las maestras, como entes que ayudan a que el mundo mejore desde la vocación más profunda, Capdevila también habla del respeto a los niños, a la infancia y a todos los profesionales que se dedican a ellos.  Ahí nombra al gran Francesco Tonnuci como revolucionario defensor de la infancia y nos recuerda que las ciudades amigas de la infancia propuestas por él, por fuerza, serían ciudades amigas de todos nosotros.

Como veis,  no he podido coincidir más con todas las opiniones expuestas en este libro, porque es un relato que, a pesar de ser consciente de las miserias humanas, emana el optimismo necesario para seguir creyendo que juntos podemos conseguirlo.