miércoles, 8 de enero de 2020

LOS AÑOS. Annie Ernaux


El primer libro del año ha sido una maravillosa lectura; y una casualidad rozando la magia leerlo los primeros días de 2020, este cambio de década visualmente tan llamativo.
No sabía qué me esperaba y me he encontrado leyendo mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones, que, según avanzas por el libro, ves que son los de todos, y esa es la grandeza de la autora, describir la individualidad de una colectividad a veces inconexa.
El enhebrado es visual y poético al mismo tiempo. Fotos en blanco y negro con fecha y lugar al dorso que van cogiendo color con los años, y hasta cambiando de soporte. Descripción de las imágenes. Y luego palabras o frases inconexas a modo de lluvia de ideas del año de la instantánea, enumeradas sin ni si quiera puntuación o mayúsculas. Al final, los recuerdos de "ella", que recorren la historia de Francia principalmente, pero mientras lees ves que también es la tuya, pues es la historia de una sociedad que avanza (o retrocede) y es la de todos.
Te dejas atrapar por un paseo que aun siendo a vista de pájaro, entre los años 40 y 2010, consigue hacerte bajar el vuelo lo suficiente, con esos pequeños detalles que en su manera de mostrarlos consigue que los vuelvas a sentir: canciones, autoras, películas, revolución, libertades, temores.
El viaje ha sido fascinante por distintos motivos. El primero, por hacerte sentir que has vuelto a tus 10, 15, 20, 25... años, vuelves a pensar igual, a temer igual, te trasladas a los lugares donde viviste, estuviste, paseaste, te manifestaste. El segundo, porque, aun siendo 30 años más joven, me ha resultado asombroso acompañarla de la mano (con alguna discrepancia insignificante) en las mismas situaciones políticas, sociales, humanas... con ello he interpretado nuestros 20 años de retraso respecto a Francia.
Y para finalizar, el momento en que nos hemos despedido en el viaje, al llegar ella a una edad que aún no es la mía y me quedaba en el muelle mientras su barco zarpaba. Ahí la novela cambiaba de estilo, pasaba de biografía que te arrastra a la primera persona, a novela de la que eres espectador. Ahí vi claro que volvería a leerla en otro momento futuro, porque su discurso final se me antojó demasiado rápido, menos profundo que el previo; y mucho me temo que es por nuestra diferencia de tiempo, y cuando llegue, podré pillarla ahí, en esa velocidad distinta que te da ver más pasado desde un presente con, inevitablemente, menos futuro.

Al final del libro hay un párrafo que resume qué es el libro "No será un trabajo de rememoración, tal como se entiende en general, con el objetivo de narrar una vida, una explicación del yo. Ella sólo mirará en su interior para encontrar el mundo, captar el cambio de ideas, de creencias y de sensibilidad, la transformación de las personas y del sujeto, que ella ha conocido y no son nada, quizá, para quienes habrán conocido a su nieta y todos los que vivan en 2070."

No hay comentarios:

Publicar un comentario