Gracias a Kayena y a Gem77 he disfrutado de una entretenida lectura.
He conocido a Jane Green, autora londinense afincada en EEUU (Connecticut), de la que he leído, es una de las "fundadores" del género Chick-lit; que para ser sincera, sigo sin saber concretar.
Resumen:
Nan vive sola en una desvencijada mansión en un inmejorable emplazamiento en la isla de Nantucket (paraíso de segundas residencias de gente adinerada). Nan, en un intento por no tener que vender la casa que representa toda su vida, decide alquilar habitaciones en verano.
Así es como se reúnen allí distintas personas, todas con un equipaje pesado, con historias personales de las que huir, que afrontar, que superar...todas con necesidad de encontrar la felicidad, como la propia Nan.
He encontrado esta otra portada, que me parece refleja mucho mejor el ambiente donde sucede la trama.
Impresiones:
Me he encontrado una historia amena, que entrelaza distintas historias del todo familiares. Según avanzaba en la lectura pensaba que la autora tenía que haber vivido muchas experiencias (no quiero decir propias, sino también las que vivimos a través de otras personas, por el simple hecho de compartir nuestro tiempo con los demás).
Nos encontramos ante situaciones reales totalmente creíbles, de trama sencilla, así como sencillos son sus personajes. Los continuos saltos de una historia a otra hace que la lectura sea ágil.
Quizá el problema, para mí, ha sido que no haya más de lo que hay. He visto el libro sin identificarme con nadie, sin sentir pena por nadie, amor por nadie, angustia por nadie,... Pensaba que Chick-lit equivalía a comedia romántica; pero en este caso prácticamente no hay humor.
Puede ser que haber leído "Juntos, nada más" hace unas semanas no haya beneficiado a esta autora, pues aunque las comparaciones dicen que son odiosas, son inevitables para mí. Tenemos unas ancianas (Nan y Paulette) viudas en peculiares circunstancias que han sido incapaces de superarlo; unas ancianas que se aferran a su casa como a su vida. Aunque Nan es más "atractiva" paseando en una reliquia de bici sin manos mientras enciende un cigarrillo, es, como dice uno de los personajes del libro "terriblemente normal"; pues su extroversión no deja de ser fruto de su madurez, es una extroversión estudiada para que la dejen en paz; es un personaje que, aún pudiendo sufrir (y hacérselo visible al lector) no lo hace (al menos no se nos hace evidente en el transcurso del libro). Recuerdo cómo Paulette escondía sus hematomas con ropa del todo inapropiada para la estación del año para que no se notaran sus muchos tropiezos, cómo se aislaba en la residencia, cómo le daba un vuelco el corazón cuando oía el ruido de la moto de su nieto... cómo la vi sufrir su terrible soledad y cómo también vi luego su alegría.
Daniel debería ser el personaje que más sufre, el más introvertido, el más torturado por él mismo. Debería ser un personaje como el pobre Philibert, incapaz de articular una frase sin tartamudear, sin agachar la cabeza cuando habla o le miran. Pero tampoco nos trasmiten ese sufrimiento; sólo hay un par de nudos en la garganta que le impiden tragar.
Y Daff, que pensaba tenía un matrimonio feliz de entrada; pero cuando ve la felicidad de frente se da cuenta que no había sido tan dichosa... No he podido evitar compararla con Camille; cuando Daff pierde peso a causa de la tristeza leemos que pasa de una talla 42 a una 38; pero con Camille se nos llena la boca de tierra y tenemos que digerir piedras... Vemos cómo Camille no quiere volver a entregarse a nadie pues tiene pánico a que le hagan daño; en cambio Daff comienza una relación sin ninguna dificultad, con lo que aún nos cuesta más identificar lo que ha podido sufrir.
Quizá el personaje más logrado sea Jess, la hija adolescente de Daff, que deja ver por los cuatro costados su sufrimiento; aunque haya algún personaje que sugiera una terapia a mi parecer inadecuada como no prestar atención (cuando sus gritos son precisamente de auxilio).
En resumen diría que ha resultado una lectura entretenida por mostrar muchas historias paralelas, bien entrelazadas y con un final bastante redondo, aunque hubiese ganado calidad dándole más profundidad a sus personajes, que bien la merecían.
Yo he leído Mi vida con el hijo de Linda y recuerdo que fue entretenida pero poco mas...estas novelas son buenas para llevarse a la playa o a la piscina, leer rapidito y pasar un buen rato.
ResponderEliminarNo me llama mucho la atención, la verdad. Pero si por lo menos has disfrutado un rato entretenido, ya vale la pena...
ResponderEliminarBesos,
No termina de llamarme mucho la atención, así que esta vez lo dejaré pasar. Buena reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!
He leído un libro de esta autora oero, en mi opinión, en este genero hay escritoras mejores.
ResponderEliminarBesos