Desde ayer no he podido dejar de pensar en Jack, el pequeño Jack de La Mecánica del Corazón.
Y es que sigo fascinada en cómo el autor ha plasmado de esa bonita manera de cuento infantil una realidad tan absoluta.
Cada día explicamos a las madres y a los padres que los niños son tal y como nosotros les dejamos ser, sienten lo que nosotros les transmitimos que han de sentir, y esperan de la vida lo que les hemos enseñado que se puede esperar y se merecen.
Me tiene maravillada ver que alguien ha conseguido transmitir todo eso con imágenes de cuento.
Y es que Jack es rechazado por su madre, y así se habrá de sentir rechazado por todo el mundo, dado que es lo que el ser más importante en la vida de un niño le ha hecho saber que merece.
Pobre Jack, pues cuando parecería que la fortuna le sonríe al Madeleine ocuparse de él, resulta que se le genera un miedo por todo lo que le rodea, porque es Madeleine quien tiene miedo a perderlo y su manera de conservarlo no es otra que hacerlo temeroso del exterior. Así Jack pasa la novela sintiendo lo que su madre adoptiva le ha dicho que es: un ser marcado a quien los demás rechazarán igual que hizo su progenitora; Madeleine se ha asegurado muy bien que la marca de Jack sea visible en todo momento tanto para Jack como para todos los demás. Además Madeleine le dice que no está preparado para el amor, que no podrá resistirlo... y Jack no lo consigue. Porque ha Jack le han dicho desde pequeño, alguien con autoridad en su vida, que no lo logrará.
Le he dado muchas vueltas y al principio de la novela tienes la sensación que Madeleine no deja al pequeño la libertad de crecer; pero ese amor incondicional que sienten todos los hijos por sus madres (continuamente Jack habla a su madre "lo que te enojaría,...lo que te enfadarías,...", no deja de pensar en ella en todo el tiempo) te vela los ojos y no es hasta el final que te das cuenta de lo que realmente ha pasado, con ese "El hombre sin trucos".
Por todo esto no he podido poner este libro dentro de la categoría de románticos.
Es una delicia, tanto le edición que es preciosa, como su interior! ^^
ResponderEliminarEs tan positivo cuando un libro te inquieta de esta manera. Una pena que la mayoría no consigan producir tales sensaciones, y tras ponerlos de nuevo en la estantería casi te olvidas. :) ¡Me alegro!
ResponderEliminarQué ganas de leerlo, los libros que se quedan así grabados en la memoria y no puedes olvidar a sus personajes son los mejores
ResponderEliminarbesos
Tenéis toda la razón, es una experiencia muy enriquecedora, que una lectura no sea simplemente "pasar un rato", sino que te enriquezca. Pero pensándolo bien, pasa lo mismo con las personas, las hay con quien se pasa un rato agradable y punto, y las hay que su compañía te hace crecer.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también estoy apuntada al sorteo de Luna Lunera! A ver si hay suerte :)
ResponderEliminarpor cierto, te sigo!