EL PRINCIPITO. ANTOINE DE SAINT-EXUPERY

Continuando los últimos días del 2012 intentando concluir mis retos, tenía en la estantería este libro que se considera de lectura imprescindible. Realmente lo compré para leer a los niños; pero muchas veces va mejor leerles algo que ya conoces (para ir preparado a esas preguntas a las que nunca renuncian mis principitos).
Como están cerca los Reyes Magos, no voy a negar que el hecho de que tenga 95 páginas con ilustraciones incluídas ha sido un reclamo importante para mí (jejeje).

Resumen: El narrador tiene una avería en el motor de su avión en una travesía por el desierto. Mientras intenta repararlo, sabiendo que sólo tiene agua para 8 días, recibe la visita de un rubio niño habitante de otro planeta, el principito. Y nos contará la historia, primero de su vida, y luego lo que le contó el principito.

Impresiones:
He leído que se define el libro como repleto de metáforas de las emociones, sentimientos y situaciones humanas.
Para mí sólo hay una metáfora, el principito es la conciencia del narrador-autor, quien ya nos dijo en la dedicatoria lo importante que era mantener la mentalidad infantil.
Me ha impactado ese inicio, cuando nos dice que a los 6 años dibujó la famosa boa-elefante-sombrero, y como los adultos le etiquetaron de no saber dibujar él dejó de creer en sus posibilidades. Cuán importante es no cortar las alas a los niños, pues en su potencialidad inicial está absolutamente todo; pero los adultos tenemos la capacidad (la autoridad), por desgracia, de limitar sus sueños, su emoción, y su confianza en ellos mismos.
He leído el libro pensando todo el tiempo en mis hijos, con lo que los personajes me han parecido reales (flor, cordero, farolero, ...), pues el mundo de los niños es animista y todo está vivo y tiene voluntad. Sería la visión infantil de lo que hacemos los adultos: mandamos como reyes (pero nos recuerda que "la autoridad se apoya antes que nada en la razón"), necesitamos la aprobación de los demás (y si somos vanidosos sólo oiremos la aprobación), bebemos para olvidar la vergüenza que sentimos por beber, somos esclavos del tiempo, queremos ahorrar tiempo sin aprovecharlo (con lo que sólo lo perdemos de verdad).
No he podido evitar recordar los libros de Mathias Malzieu, supongo que el principito ha debido ser uno de sus libros favoritos.

Por otro lado me han resultado de lo más acertados los consejos se pueden extraer de sus páginas. Me ha encantado el de "Te juzgarás a tí mismo", como el juicio más difícil que alguien puede hacer, el que te da la categoría de sabio. Y ese final que te dice que la misma cosa puede pasar de ser insignificante a importantísima (y proporcionarte felicidad) en función del tiempo que hayamos invertido en ella.

"Cuando yo era pequeño, las luces del árbol de Navidad, la música de la misa del Gallo, la dulzura de las sonrisas hacían resplandecer así el regalo de Navidad que recibía"

Conclusión: Como la frase que acabo de transcribir, una misma situación puede ser percibida como totalmente distinta en función de las circunstancias que la rodean, así este libro puede decirnos diferentes cosas dependiendo de cada momento en que queramos abrir nuestro corazón.